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viernes, 18 de mayo de 2012

El eterno debate sobre jugar bien

“Algunos iluminados creen que sólo existe un fútbol. Mi equipo jugó un fútbol de lo mejor de la historia. Pero hay gente que conoce el fútbol por Google, de ahí sacan los conocimientos, saben poco”. (José Mourinhotras la consecución de la Liga Española).





No le faltan razones al entrenador del Real Madrid para asegurar algo así días antes de lograr “romper” la Liga Española. El conjunto blanco ya es el equipo que más goles ha marcado en una misma Liga en la historia (121, por 107 del equipo de Toshack), el equipo que más dianas ha marcado en todas las competiciones en una misma temporada (174 por 158) y el único que consigue llegar a los 100 puntos tras 38 jornadas, además de convertirse en el equipo que más victorias consigue en una Liga (32 por 31 del Barcelona la temporada pasada). Todos estos números para un equipo gobernado por un entrenador con la etiqueta de defensivo y que ha sido criticado duramente durante todo el año. Un narrador radiofónico llego a decir que Mourinho resta más que suma al Real Madrid…
A pesar de todo, algunos insisten en decir que el Real Madrid no juega al fútbol. Y otros, crecidos por la victoria de Liga, afirman que lo que hace el Barcelona no es para tanto y que con la posesión no se ganan partidos. Muchos, demasiados, parecen no asumir que en el fútbol hay maneras diferentes de buscar el fin último que no es otro que ganar.

¿QUÉ ES JUGAR BIEN?
La pregunta ¿Qué es jugar bien? se lleva planteando desde hace muchos años. Tal como dice Mourinho, basta buscar en Google “qué es jugar bien al fútbol” y verán cientos de blogs con autores que intentan contestarse de distintas maneras, cada uno fiel a su opinión. Muchos, eso sí, se contestan día a día desde el punto de vista de un aficionado que nunca ha liderado un grupo, ni ha estado a cargo de un equipo con unos objetivos concretos.
Durante la reciente final de la Europa League, con el marcador de 1-0 a favor para el Atlético de Madrid, un comentarista televisivo dijo que el Atlético estaba defendiendo bien, pero que no valía solo con eso: si quería ganar tenía que crear más en ataque. Por un momento pensé lo fácil que era ser comentarista y exigir desde el asiento. Claro, Kiko pedía que se defendiera igual de bien, pero que se atacara mejor. Seguro que si el Atlético lo hubiera hecho, hubiera ganado por cinco o seis goles de diferencia y no solo por tres.
Para un entrenador, el objetivo es que su equipo juegue bien. Solo así podrá alcanzar de forma continuada victorias. De hecho, cuando Mourinho dice que “lo bonito no es entrenar al Real Madrid. Lo bonito no es jugar en el Madrid. Lo bonito bonito bonito es ganar en el Real Madrid” es porque él sabe que para ganar hay que jugar bien. Y porque sabe que sus equipos siempre juegan bien, según la definición que cualquier entrenador haría de jugar bien si no tuviera que buscar el ventajismo barato de algunos que, por cierto, suelen fracasar en los banquillos aunque luego se luzcan como tertulianos.

PLASMAR EL MODELO DE JUEGO PROPUESTO
La definición que cualquier entrenador debería hacer de jugar bien es la de equipo que consigue plasmar el modelo de juego que propone su entrenador según la naturaleza de sus jugadores y que está en constante evolución y abierta a cambios según la competición, el rival y las circunstancias del juego.
Siguiendo esa definición, nadie puede decir que el Barcelona juega mal o que la posesión no sirve para nada. El Barça consigue plasmar un modelo de juego que propone su entrenador y que maximiza rendimientos gracias a la naturaleza de jugadores como Xavi, Iniesta, Messi, Piqué, Busquets, ¡Víctor Valdés!, etc. Además, ha demostrado ser un equipo en constante evolución, que ha sabido sorprender y cambiar de sistema (en el Bernabéu ganó 2-6 con Messi por primera vez de falso delantero y Eto’o de delantero; fue contra el Madrid donde también probó por primera vez a Alves en el centro del campo…), además de hacer constantes modificaciones (salida lavolpiana, tres centrales, jugar sin extremos, cinco centrocampistas titulares, etc.), algunas motivadas por las circunstancias del juego (con marcador en contra, Piqué delantero centro, por ejemplo).

RECUPERACIÓN + TRANSICIÓN OFENSIVA
El Barcelona tiene unos principios de juego que también son el paradigma para otros equipos, pero solo ellos juegan así porque nadie cuenta con tantos jugadores de esa naturaleza, nadie entrena de forma tan óptima según ese modelo de juego concreto y nadie, por tanto, ejecuta tan bien el juego de posición, la amplitud constante, los desdoblamientos, la profundidad, las ayudas permanentes, las paredes interiores, los intercambios de posición, el uso del tercer hombre y la velocidad en el juego. La suma de todos esos principios tiene como consecuencia el mantenimiento casi permanente de la posesión del balón que, además, facilita sobremanera la transición ataque-defensa ya que, cuando se pierde el balón, los jugadores rivales están fuera de posición, desgastados, con pocas salidas y jugadores que ocupen el espacio libre y se encuentra contra muchos jugadores del Barcelona en el espacio de juego directo (comúnmente llamado ‘zona fuerte’) y que están de cara al balón. Normalmente, los goles llegan con la siguiente secuencia: sucesión de pases contra equipo replegado-pérdida de balón-recuperación y primer pase vertical/combinación rápida-gol.
El Real Madrid, por otro lado, también marca una barbaridad de goles de esa forma y otros muchos tras: repliegue-sucesión de pases del rival que adelanta su posición natural-recuperación de balón-primer pase vertical/combinación rápida-gol. Además, dominan diferentes registros y tienen capacidad para hacer una presión alta y recuperar en campo contrario para que sus jugadores se la jueguen en uno contra uno para poder finalizar.
Ambos equipos marcan la mayoría de sus goles tras recuperación y transición ofensiva. Ellos y casi todos los equipos del mundo. Pero para llegar a ese momento y saber ejecutarlo de manera adecuada, cada equipo busca unas opciones según el tipo de juego que más convenga a sus jugadores. El Madrid jugaría mal si con un jugador como Cristiano Ronaldo no buscara constantes situaciones en las que él pueda proponer el uno contra uno. El Barcelona jugaría mal si con Xavi, Iniesta y Busquets en el centro del campo, el equipo ejecutara un fútbol directo olvidándose de la zona de creación. O si, con delanteros como Messi, Pedro y Cuenca, jugara buscando centro-remate.
Como bien dice Guardiola, “el equipo que gana es el que tiene la razón”.
 

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