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viernes, 18 de mayo de 2012

Calentamiento: ¿Entrenamiento o rutina?






Escasos minutos para el inicio del partido: los jugadores se preparan para saltar al terreno de juego para realizar ejercicios de calentamiento. Primero aparecerán los porteros acompañados del responsable de trabajar con ellos, siendo abucheados o coreados dependiendo si defenderán
el arco local o el visitante. Segundos después, acompañados del preparador físico o asistente, el resto del equipo saltará al césped. Los balones  empiezan a rodar, estiramientos, ejercicios coordinativos, juegos con el esférico o una conservación se hacen los dueños de esos momentos.




OBJETIVO DEL CALENTAMIENTO
Entenderemos que en el calentamiento se deberán ejercitar todos los músculos y articulaciones de forma gradual, con el único objetivo de que el jugador tenga un mejor rendimiento físico durante el partido que a su vez le ayudará a prevenir la aparición de posibles lesiones.
Los calentamientos previos a los partidos acostumbrarán a ser rutinarios. De esta manera se pretende que los jugadores controlen el entorno durante los minutos previos a la disputa del encuentro, no permitiendo que la distracción aparezca en sus mentes.
Pese a ello, ¿qué os parecería si nos planteáramos el calentamiento previo como un entrenamiento más? La última sesión de la semana a escasos minutos del inicio del partido. Todo un lujo ¿verdad?
 CALENTAMIENTO TOTAL
Sin olvidarnos que el objetivo del calentamiento será preparar a los jugadores para la batalla, ¿por qué no introducir en él elementos que acercarán al futbolista a la realidad que puede encontrar durante el partido?
En ocasiones tendemos a alargar las charlas previas al encuentro dando infinidad de indicaciones que los jugadores no podrán asimilar correctamente, además de reducir el tiempo que dispondrán para ponerse a punto. ¿Por qué no dejar que sea el balón el que dé la charla por nosotros?
¿Cómo conseguiremos superar este reto? La intención sería introducir ejercicios o tareas en que los protagonistas empiecen a visualizar la manera en la que deberán jugar el partido, para poder superar al adversario y, a la vez, que todas nuestras ideas estén presentes.
Con estas acciones debemos conseguir que los futbolistas se sientan capaces de realizar todo aquello que esperamos de ellos sobre el terreno de juego y que consigan hacerlo de forma inconsciente.
Contamos con la posibilidad de individualizar mucho más las tareas al inicio para finalizar como un bloque los últimos instantes, permitiéndonos primero concentrar uno a uno a todos nuestros futbolistas para que, en el momento en que el grupo se junte, la mentalización de todos ellos sea la óptima.
Las acciones programadas deberán ser sencillas y los protagonistas deberán conocerlas previamente para evitar que la ansiedad aparezca, ya que ésta perjudicaría el buen funcionamiento del equipo.
Los jugadores hacen una piña y se dirigirán de nuevo a los vestuarios donde, apenas sin tiempo, podremos y deberemos reforzar todos aquellos aspectos introducidos durante el calentamiento y que consideramos vitales para conseguir nuestro objetivo.
Para concluir, igual que en fútbol profesional el calentamiento ira orientado a la victoria, en fútbol base podríamos plantearlo para introducir, trabajar o consolidar aquellos aspectos técnicos o tácticos que hemos trabajado durante la semana y que queremos que estén presentes durante el partido. No dejando de ser ésta una manera de optimizar el tiempo que disponemos para preparar a nuestro equipo y que, en multitud de ocasiones, consideramos insuficiente.
Siete jugadores que saltan más tarde que los titulares calientan entre risas, rondos y juegos; es divertido verlos ya que lo hacen sin ninguna presión y con la sensación de sentirse liberados, ya que empezarán el partido desde el banquillo, aunque como entrenador tengo mis dudas que todos ellos estén preparados para el momento en que el equipo los necesite. ¿Podemos ayudarlos?

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