PERSONALIDAD DEL FUTBOLISTA

La personalidad del futbolista define no solo sus características psicológicas o cognitivas, además tiene un tremendo impacto en sus resultados deportivos y por tanto ha de trabajarsese como un apartado mas del "entrenamiento de fútbol".

Sociabilidad,Intuitividad, Creatividad, Intelectividad, Volitivilidad, Emotividad, como fundamentos de los rasgos mentales del “futbolista total”

Futbolista: Cuando hablamos de personalidad, deberíamos hacerlo del  futbolista total,  contemplando todos aquellos factores que reflejan lo que el jugador es  o puede ser dentro de la competición y lo que no es o nunca pudo ser desde la perspectiva humana.

Seis apartados en cuanto a los rasgos de personalidad del futbolista:

Sociabilidad: poder de relación del futbolista dentro del grupo.

Intuitividad: adivinación de circunstancias y acciones del juego.

Creatividad: Imaginativo, capaz de crear soluciones

Intelectividad: papel de la inteligencia dentro del juego.

Volitividad: decisiones claves del futbolista, desde la intención y la querencia.

Emotividad: sobre los sentimientos.

Tomando como base estos seis componentes del rasgo de personalidad de un jugador, rompemos una lanza a favor del futbolista total, como jugador y como persona. Un futbolista total practicará un fútbol total.

ESCUELA DE FÚTBOL

Seis son por tanto los pilares o fundamentos sobre los que se asienta la personalidad del futbolista y a ellos hay que referirse cada vez que enjuiciemos la conducta del jugador. De nada nos sirve por ejemplo contar con un futbolista inteligente que no se integra en el grupo.

Al estudiar los efectos, las consecuencias, los resultados del proceder de un futbolista podemos incurrir en la apreciación rápida, fácil, injusta a veces, de no tomar en cuenta todos los aspectos antes mencionados, de vincularlos entre ellos, de perder la visión holística de la conducta del jugador en un momento dado. Un futbolista puede errar un gesto técnico, no por torpe y merecer así algunas jornadas de ostracismo en el banquillo, sino por otros motivos que podrían valerle una justificación.

Conducta del Futbolista: Sí partimos de la premisa de que la conducta (y por tanto la ejecución de acciones técnicas) dependen también de los 6 pilares antes mencionados  ¿Cómo podemos atrevernos a juzgarla sin tener en cuenta la correlación entre ellos? Esta es una conclusión fácil mas propia de la prensa de masas o del aficionado común que de el entrenador ó cualquiera de su equipo técnico.

¿Cómo se conjuga la creatividad de cada jugador con la construcción colectiva del trabajo en equipo? Cuándo decimos “hay que jugar con la cabeza” y acto seguido “hay que poner el corazón en el juego “ ¿Qué le estamos trasmitiendo al jugador? O aún peor ¿Qué mensaje está recibiendo  este? En algún momento tendremos que afrontar estos paradigmas y solventarlos en función de la personalidad individual o del grupo.

Personalidad del Futbolista: Pues sí hablamos de esa personalidad como algo complejo y delicado en su misma esencia ¿porqué extrañarse de los altibajos de un jugador, de sus a veces imprevistas  reacciones o sus respuestas anodinas? ¿A que vienen las perplejidades de algunos entrenadores que no saben reaccionar, o aún peor no saben a quien dirigirse, cuando el futbolista así se conduce?

La personalidad del futbolista es así y forma parte del entramado  de la competición.

Meter un gol claro que es un acto físico, como cualquier conducta observable, meter gol es el momento cúspide del juego, es resumen y final de una cadena de actos humanos mentales, motrices, voluntarios y al mismo tiempo ese gol es un punto de arranque, por la euforia que proporciona de una seria de concatenaciones mentales o físicas ( ¿o no es cierto que hay equipos que “reviven” en un momento del partido en el que parecían exhaustos tras anotar en la puerta contraria?).

Todo esto es lo que se denomina personalidad del futbolista, su grandeza está ahí antes que en el gesto fugaz de un acierto o error técnico, porque el futbolista mide su categoría mas que por su realización física concreta en este o aquel pase, en ese o aquel control, por su inteligencia o por su voluntad.

Una máquina sería capaz de golpear un balón con mayor precisión reiterada que un futbolista, pero las ocasiones de gol las crea la inteligencia y las transforma la voluntad.

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