¿Y ahora qué, Leo? ¿Cuál es el siguiente paso? Porque habrá un siguiente paso. Y no me refiero a nuevos récords, pues tras César Rodríguez llegó Pelé, más tarde caerá el Torpedo Müller y, sin duda, Samitier e incluso Paulino Alcántara, siendo épocas todas tan distintas entre sí. Me refiero al Messi futbolista. ¿Qué más, aparte de los infinitos goles? ¿Qué más como jugador? En el principio fue una promesa y a continuación, un extremo a pierna cambiada que tiraba slaloms imparables, zigzagueando entre defensores, surfeando por todo el frente del ataque. Era el Messi de los veinte goles por temporada al que Pep Guardiola reconvirtió en futbolista total y goleador imparable. En este lustro, la transformación de Messi va mucho más allá del cuidado en la alimentación y el descanso; de la dosificación en los esfuerzos explosivos, que le permiten jugar 60 partidos anuales sin incidentes a base de implantar el modo ahorro de energía; y de la espartana disciplina compartida con Juanjo Brau, que le hace ser quien más minutos dedica a diario a la reparación muscular.
En este lustro, Messi ha pasado de jugador a futbolista en la misma proporción en que sus 20 goles por temporada se multiplicaban prácticamente por cuatro. Para ello, también es cierto, Guardiola puso todo a favor de obra desde el primer día: creó el Messisistema. Al principio consistía en que todos jugaran para Xavi a fin de que este activara a Messi. El propio Xavi lo explicó de un modo muy gráfico en declaraciones a `Süddeutsche Zeitung¿: “Si noto que Messi no ha estado en contacto con la pelota desde hace cinco minutos, pienso: `Así no va. No puede ser. ¿Dónde está?¿ Entonces lo agarro y le digo: `Ven, acércate, comencemos a jugar¿ Messi es atacante y los atacantes se apagan a veces. Como si estuvieran en off. Pero cuando se acerca al medio campo vuelve a disfrutar”. Xavi como activador de Messi. Eso fue el Barça durante mucho tiempo. Luego llegó Cesc y se produjeron los primeros desajustes cuando el equipo decidió eludir la etapa intermedia de Xavi, pasando directamente a activar a Messi, lo que no siempre dio resultado, fuese en ataque, fuese en transición defensiva, pero esta arista parece haber quedado resuelta a partir de la cooperación entre Xavi y Cesc en la evolución de sus respectivos modelos. Lo que ahora queda pendiente es el siguiente paso del Messisistema.
Messi seguirá marcando goles, resolviendo partidos, siendo Maradona cada tres días, trazando diabluras sobre el césped y estableciendo nuevos récords. Pero ¿cuál será su siguiente paso como futbolista? ¿Cómo hará evolucionar su rol en el equipo? ¿O cómo lo hará evolucionar Tito? Yo no poseo la respuesta. Simplemente confieso mi enorme curiosidad por conocer ese nuevo paso. ¿Tenderá hacia un mayor individualismo o mostrará una inteligencia táctica superlativa apostando por más juego colectivo? Además de curiosidad, probablemente parte del futuro del equipo esté en dicha respuesta.
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