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jueves, 28 de febrero de 2013

El día de Mr. Mou


El entrenador del Madrid celebró en privado, sin grandes gestos, sin carreras por el campo, sin una rueda de prensa contestando a aquellos que aprovechan su silencio para, desde posiciones fáciles, criticar todo lo que hace el portugués. No es porque sepa que él trabaja en el Real Madrid y aquellos en las radios o en los campos de golf, sino porque sabe que esto es una batalla importante, pero no la última: la igualdad es máxima y quien ríe último ríe mejor.
Es injusto decir que los grandes entrenadores son aquellos que ganan las grandes eliminatorias. La Liga es el campeonato de la regularidad y nadie puede justificar estar a tantos puntos del líder a estas alturas de temporada. Para ganar la Liga no solo se necesita calidad de juego sino control de vestuario, liderazgo, manejo del día a día, evolución constante, fuerte motivación, etc. Por eso Mourinho ha ganado ligas allá donde ha estado, y porque algo de eso ha fallado, no ganará esta.
Lo que está claro es que, aunque algunos quieran infravalorar la función del entrenador, en el cara a cara el Barcelona ha perdido desde la ausencia de Guardiola y ha sido sin él cuando el conjunto culé ha perdido dos eliminatorias a doble partido contra el Madrid, al que no ha conseguido superar desde entonces.
MOURINHO JUEGA SABIENDO LAS CARTAS DEL RIVAL
Hace dudar, se filtra una alineación, luego dicen que Arbeloa es suplente, Callejón y Kaká titulares, Ramos en el lateral… todo para sacar el once que se esperaba. El portugués es un jugador que pasa teniendo un trío de reyes y apuesta fuerte cuando lleva un dos y un cuatro. Sin embargo, otros dicen que Villa será titular, que Roura vuelve a jugar con extremos, pero Mourinho parece saber siempre cuál va a ser el once del rival. Y qué hacer cuando empiezan los cambios durante el partido. Esas ventajas facilitan un planteamiento sin dudas contra un gran rival.
1.- MARCAS AL HOMBRE
Iniesta de extremo en el costado izquierdo. En el Bernabéu, su juego por dentro creó superioridades y marcó diferencias, así que esta vez el Madrid tenía que ofrecer una nueva variante defensiva. Mourinho apostó por la marca al hombre. Iniesta iba hacia dentro para ayudar a sus compañeros pero esta vez no creaba superioridades, seguía la igualdad numérica pero con más jugadores en menos metros gracias al trabajo del lateral derecho blanco. Eso daba todas las opciones en el once a Di María, único capaz de guardar la espalda de Arbeloa para equilibrar la defensa de cuatro y hacer vigilancias sobre Jordi Alba.
2.- LA JAULA A MESSI
Ya está consolidada pero cada vez le resulta más fácil desactivar al argentino. Esta vez no había marca al hombre dentro de la zona. El objetivo ya no es que no reciba, sino que no pueda arrancar cuando reciba. Menos faltas, menos obsesión sobre su influencia y sobre todo menos espacios a la espalda de los centrales para que los laterales no tuviesen tanto que corregir, algo lógico ya que Arbeloa no jugaría de lateral derecho en muchos momentos.
3.- POSESIÓN DE BALÓN
El Madrid acabó de matar al Barcelona con su propia medicina. No tuvo miedo al balón; dirán que ganó a la contra, pero el plan fue mucho más allá. Combinó salidas rápidas con juego horizontal, apoyos entre porteros y defensas, los mediocentros recibían libres ante la pasividad de Xavi y Cesc en defensa y Özil escondía el balón haciendo que el Barça no tuviera continuidad en su juego con balón. Era, más que una forma de hacer daño a partir del balón, de hacerlo a partir de lo emocional y de darse descansos para que las salidas al contraataque fuesen contra menos jugadores y más repartidas en el tiempo.

4.- EL CONTRAATAQUE EN LA TRANSICIÓN OFENSIVA
El plan del Madrid para el gol era claro. Defensa compacta, recuperación de balón y salidas rápidas buscando a Cristiano como primera opción pero dominando los pasos intermedios con Özil y Di María. En este sentido también destacaron las facilidades del Barça, a medio camino entre el pressing tras pérdida y el repliegue y casi siempre en zona de nadie. El Barça no perdió por el balón largo y la posesión no es excusa cuando la razón por la que tienes el balón es el desequilibrio que te vas creando atrás para generar ventajas inexistentes arriba.
En el primer gol la distancia entre Puyol y Piqué es de más de 40 metros. Uno recula, el otro sale sin posibilidad de robar y los laterales hacen de extremos. Uno por uno contra el rey Cristiano y 0-1 en un partido en el que empezabas clasificado. El segundo gol, más de lo mismo. Piqué se autoelimina de la jugada y Puyol cierra en uno contra uno con Di María, jugador más rápido que él. Cristiano entra sin ninguna vigilancia y Alba llega a cerrar, siempre tarde, antes que el central.
El tercer gol es un error de concentración de los que penalizan. Jugando en zona, el efecto Cristiano se lleva a dos jugadores del Barcelona al primer palo y Piqué defiende estático y sin encimar a un Varane que salta libre de marca para sentenciar la eliminatoria.
El plan de juego del entrenador funcionó a la perfección, ganando una eliminatoria paso por paso, dominando la estrategia y venciendo al contraataque. Fue una victoria táctica. Esto no desmerece a los jugadores ni trata de restarles importancia, ¡todo lo contrario! No puede haber un plan de juego óptimo si no tienes los jugadores para ejecutarlo. Es la calidad, el compromiso, el talento y la motivación de los jugadores lo que magnifica ese plan y consigue llevarlo a la práctica. Igual que la intuición no nace de la nada, tampoco el plan de juego es nada de forma descontextualida; solo existe haciendo a tus jugadores protagonistas y proponiendo unos contextos donde no tienen igual. Fue una gran victoria del equipo de Mourinho.
fuente: http://www.martiperarnau.com/tactica/el-dia-de-mr-mou/
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