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martes, 8 de enero de 2013

EL ENTRENADOR DEL ESPIRITU


NECESIDAD DE CONCENTRACIÓN Y ACTIVIDAD DEPORTIVA: TRABAJO INTERIOR MOTIVACIONAL
Concentración como proceso cognitivo básico en nuestras vidas y su impacto en el deporte. Meditación o máxima atención al momento presente y potenciador para eliminar estados negativos de nuestra mente.
Trabajo interior motivacional necesario para la actividad física y el deporte.
Concentración: Todos tenemos necesidad de ella para cualquier tipo de actividad y todos podemos trabajarla, así como todos tenemos espíritu y todos también podemos trabajarlo. Y la mejor forma de trabajar nuestro espíritu o necesidad de concentración, tal y como ya he explicado en artículos anteriores, es el ejercicio de la Meditación en nuestra vida diaria, así como en la actividad deportiva.
            Meditación: Según numerosas investigaciones, se ha demostrado que es posible desarrollar con la Meditación practicada durante tiempo continuado, cualidades como la atención, el equilibrio emocional, la calma interior, disminución de la ansiedad y de la vulnerabilidad al dolor, descenso de la tendencia a la ira, fortalecimiento de la concentración, del sistema inmunitario y del bienestar general. Supone pues la Meditación una transformación personal a largo plazo y constituye un factor esencial si se quiere tener una vida rica y equilibrada en cuanto a su sentido. Por ello sería una lástima subestimar esta capacidad de trasformación de nuestro espíritu a través de la Meditación; y todos disponemos del potencial necesario para liberarnos de estados mentales negativos y que generan y sustentan sufrimiento a nuestro quehacer diario y nos impiden la calma interior y la paz mental.
            Deporte ¿Cuáles son los motivos para la actividad deportiva? Se podrían responder muchas cosas, entre otras, el deseo de organizarse, de constituirse como persona, de superar obstáculos, el deseo de distracción, de competición, una formación o educación ético-moral a través del deporte, una disciplina como modo de pensar y de actuar, etc. Pero cuantas más razones demos, más nos encaminamos hacia una motivación interior, hacia una mejora constante, una superación personal y auto-confianza en uno mismo y todo ello nos conduce a un trabajo interior motivacional que necesita la actividad deportiva y cuya principal herramienta de trabajo es la atención y concentración mentales en su práctica.
            El deportista necesita concentrarse en su actividad, necesita disociar los estímulos externos desfavorables, necesita una mejora constante en su actividad para superar los errores cometidos y corregirlos, necesita motivación para tener un pensamiento táctico rápido y preciso en el momento de elegir la mejor opción en un momento decisivo para su actividad, necesita una actitud positiva y de superación personal tanto frente a la derrota como frente a la victoria, necesita auto-confianza, necesita organizarse, superar los obstáculos para no distraerse y estar preparado; en definitiva necesita concentrarse en su actividad y esto se logra a través del trabajo interior motivacional.
            El  entrenador podría entrenar también  el espíritu, dando unos pequeños consejos motivadores y motivacionales para que sus pupilos pudieran seguir unas pautas en sus decisivas situaciones deportivas y también como “modus operandi” personal. Consejos como: el valor de lo que están haciendo en ese momento, la naturaleza de lo que hacen, la distinción entre sus actos correctos de los perjudiciales, la satisfacción o insatisfacción de sus consecuencias, la asunción del cambio como mejora y motivador sobre lo perjudicial, evitar la precipitación en las decisiones, o tomarlas en su debido momento, aprender a situar los acontecimientos en una perspectiva más amplia para vivirlos con serenidad; y un largo etcétera que les permita actuar mejor en el mundo en el que se mueven y lograr así la máxima concentración en su actividad.

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