“Este artículo es una carta abierta a todos los padres y madres para que reflexionen acerca de ciertos comportamientos, los cuales influyen en sus hijos de una manera negativa. Como entrenador y sobre todo como educador yo también he reflexionado acerca de este tema y me veo en la obligación de expresarles como pueden influir esos comportamientos, pero sobre todo en educarles a ustedes también puesto que una buena educación suya será una buena educación para sus hijos…
Por último recordar, bajo mi punto de vista, para que el fútbol base mejore y gane en calidad de enseñanza y formación todo el entorno que conforma el fútbol base, como son entrenadores, jugadores, árbitros, directivos y padres, deben de implicarse en el proceso de enseñanza – aprendizaje de estos jóvenes deportistas. La clave está en que cada uno desde su papel o rol, sirva de espejo donde mirarse y en ese espejo deben de verse valores tales como la honestidad, juego limpio, respeto o la no violencia. El problema viene a veces que en ese espejo donde se miran los niños no se reflejan esos valores o comportamientos adecuados…”
Uno de esos espejos en los que mirarse son los padres y a veces se refleja “Papa Forofo”. ¿Qué y sobre todo quién es “Papa Forofo”?, pues “Papa Forofo”, normalmente suele encontrarse por los campos de fútbol con unas características muy particulares. Estas características son no faltar a ningún partido, suele tragarse los entrenamientos, se fija en aspectos técnicos, está atento a cualquier dato estadístico (Goles, asistencias de gol, minutos jugados…), incluso con el tiempo se anima a dar órdenes (A su hijo primero, con el tiempo al resto) y por supuesto vive el partido con tal intensidad que no pierde el más mínimo detalle pues lo único que le faltaría es llegar a correr por la banda y por supuesto centrarla de “ lujo” (Porque él seguro que lo haría bien…).
Tales comportamientos evidentemente tienen unos motivos totalmente justificados puesto que está convencido que su hijo es un diamante en bruto, una futura estrella del deporte sin contar que es el que mejor se comporta, el más listo y como no el más guapo…Con lo cual no está dispuesto a que su “carrera futbolística” se trunque por lo que no estará por la labor de que se comenta ningún fallo en la educación deportiva de su hijo, su hijo lo hace todo bien (O casi siempre…), y los compañeros son peores que él, le pasan mal o poco, el club es un desastre de organización y ni que decir de que el entrenador se equivoca con él es que no se entera.… en definitiva siempre hay algo de qué quejarse cuando las cosas no son como tal y como quisiera que “Papa Forofo” sucedieran o pasaran. Las consecuencias de éste cariño y protección paternal mal entendidas las sufre, por su corta edad, su todavía inmadurez o desconocimiento de las cosas, su hijo sin hacerle ningún bien más bien todo lo contrario.
Queridos padres y madres es muy difícil que un niño con un perfil de padre o madre “Papa Forofo”, progrese adecuadamente, lo más probable es que, poco a poco, se desanime, caiga en comparaciones que no le hacen ningún bien, se convierta en un niño con falta de autoestima, inmaduro, consentido e incluso con el tiempo no querido por el resto del equipo.
Debo destacar que con todas estas características detalladas aquí es muy raro encontrar algún “Papa Forofo” por suerte, pero si es muy frecuente el encontrarse padres y madres que caen en algunos de esos errores u otros similares. Y es que ese cariño, esa pasión o esa protección paternal de la que presumen los padres a veces los ciega y no nos damos cuenta del daño que hacemos al hijo, a ese entrenador que lo único que quiere es sacar lo mejor de él pero sobre todo que aprenda y al propio equipo.
Por otro lado afortunadamente están los verdaderos padres, si esos padres y madres ante los que cualquier entrenador se quitaría el sombrero. Acompañan a sus hijos en los desplazamientos, mantiene una actitud discreta y de apoyo, animan al hijo y al resto de compañeros de forma cordial, elegante y digna de elogio, por supuesto no crean ningún tipo de presión innecesaria hacia el niño sino que aportan motivación y seguridad, pero sobre todo disfrutan de sus hijos con la práctica de un deporte tan bonito como es el fútbol.
Ustedes después de leer estas líneas, se preguntarán entonces cual es el comportamiento adecuado para no caer en la trampa que supone comportarse como “Papa Forofo”. Permítanme darles unas orientaciones mínimas que se podría reducir a las siguientes:
- Mantener una actitud positiva en cuanto a entrenamientos o partidos con independencia del resultado o del estado de forma en el que se encuentra su hijo o el equipo ese día.
- Apoyar y animar al equipo sin protestas o insultos a la actuación del árbitro, de jugadores, entrenadores o aficionados ya sean propios o contrarios.
- Respeto y aceptación de las decisiones técnicas y disciplinarias del entrenador.
- En caso de no estar de acuerdo con algo referente al equipo o al niño en particular, no hacerlo nunca en el transcurso ni a la finalización de los entrenamientos o partidos. Se deberían plantear en el momento y lugar oportunos a través del propio entrenador o si fuera necesario a través del Director o Coordinador Deportivo.
Con esta líneas quiero ayudarles, para que pasen a formar parte de este proceso de enseñanza – aprendizaje, pero sobre todo a que reflexiones acerca del papel o rol que desempeñan en la formación de su hijo como persona y deportista. Por favor no caigan el error de actuar como “Papa Forofo” dejen que su niño evolucione y progrese por si mismo porque no olvidemos que cada niño es un “mundo” y como tal cada uno tiene una forma de crecer y mejorar como persona y como deportista. No hay que provocar en el niño situaciones estresantes o de presión, nada más que disfrute con lo que más le gusta que es el fútbol.
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