JORGE CALABRÉS | 26/04/14
Este viernes 25 de abril de 2014 nos dejaba para siempre Tito Vilanova, hombre de fútbol y exentrenador del Barcelona. El maldito cáncer se llevaba por delante la vida de un esposo y padre de dos hijos con tan solo 45 años. Las primeras palabras de apoyo son para ellos, para su mujer e hijos. Montse, Adrià y Carlota, ninguno podemos compartir el dolor que sentís en este momento, pero, sí por lo menos, intentar que os sintáis lo más arropados posible en este duro trance.
Lo más importante de este deporte, en el que corren 22 tíos en calzones intentando meter la pelotita en la red, son las personas. Da igual madridistas que culés, colchoneros o sevillistas, al final todos formamos parte de una gran familia llamada fútbol que hoy está de luto porque se ha marchado uno de los nuestros. La vida no ha sido justa con Tito, impidiéndole disfrutar del mayor de sus éxitos profesionales en plenitud. Quizás por ello recordaremos con más fuerza su figura en el futuro.
La muerte del técnico deja un gran vacío en el corazón de los barcelonistas, pero, sin duda, nace un nuevo referente para toda la afición azulgrana. Su mayor lucha no transcurrió en los terrenos de juego, sino en la multitud de horas que pasó de hospital en hospital intentando vencer a esta grave enfermedad. Este partido no lo has perdido Tito, igual que no lo han perdido cada una de las víctimas que se ha llevado por delante el cáncer. Siempre quedaréis en la memoria de todos vuestros seres queridos y los demás os admiraremos eternamente por el valor que habéis demostrado durante vuestra enfermedad. Vuestra lucha, nuestro orgullo.
Hasta siempre, Tito
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