Los pediatras destacan que practicar actividad física es mucho mejor que no hacerlo |Un error común es continuar practicando deporte pese a sentir dolor por una lesión
Rodillas vulnerables. También en riesgo de lesiones, el fútbol es el deporte rey Mercè Taberne |
El número de niños y adolescentes intervenidos en el hospital Sant Joan de Déu porlesiones del ligamento cruzado anterior de la rodilla se ha multiplicado casi por diez en los últimos quince años. Si antes del año 2000 se operaban dos o tres casos al año, ahora se suelen operar dos al mes, según datos facilitados por Rossend Ullot, especialista de Sant Joan de Déu y presidente de la Sociedad Española de Ortopedia Pediátrica.
Las lesiones de rodilla "no son un caso aislado", advierte Ullot. "Estamos observando un aumento de distintos tipos de lesiones deportivas que antes eran excepcionales y ahora se ven con más frecuencia en niños y sobre todo en adolescentes". No hay ningún estudio que ofrezca una visión de conjunto de la situación. Pero la percepción de que las lesiones derivadas de la práctica del deporte están en aumento es compartida por todos los pediatras y traumatólogos consultados por La Vanguardia para este reportaje.
No se trata de un fenómeno exclusivo de Catalunya: un estudio del hospital de niños de Filadelfia (EE.UU.) presentado en el último congreso de la Academia Americana de Pediatría ha detectado que tanto las lesiones de ligamento cruzado anterior como las de menisco han aumentado a un ritmo superior al 11% al año entre 1999 y 2011.
Varios factores parecen contribuir a este aumento de lesiones a edades precoces. Por un lado, hay más niños y adolescentes que practican deporte, sobre todo como actividad extraescolar. Cada vez hay más que lo practican de manera competitiva con una dedicación y un nivel de exigencia no siempre acordes con su edad. No siempre realizan los ejercicios de calentamiento y de estiramiento adecuados para reducir el riesgo de lesiones. Y, cuando se lesionan, es frecuente que vuelvan a competir antes de estar totalmente recuperados.
Aun así, "hay que recordar que los beneficios de practicar actividad física son muy superiores a los riesgos", destaca Vicente Molina, presidente de la Societat Catalana de Pediatria y jefe del servicio de pediatría de USP Institut Universitari Dexeus. "No hay que abstenerse de practicar actividad física por el temor a sufrir lesiones; lo que hay que hacer es practicarla bien y recordar que lo importante no es competir para ganar, sino que niños y niñas estén sanos y disfruten".
Los especialistas coinciden en destacar la influencia -cuando no la responsabilidad- que tienen padres y entrenadores en las lesiones infantiles. Hay, por supuesto, lesiones fortuitas en que todo el mundo actúa correctamente y sin embargo el niño se hace daño. Pero "a menudo nos encontramos con casos en que los padres, más que las madres, desean que sus hijos sean aquello que ellos hubieran querido ser", observa Marisa Cabrera, traumatóloga infantil de Sant Joan de Déu y del Institut Dexeus. "Algunos padres proyectan en el niño sus frustraciones y los presionan para que compitan".
Una crítica similar se extiende a algunos entrenadores que intentan preparar a los niños para que ganen, más que para que disfruten de la actividad física. Esto puede ser especialmente flagrante en deportes de equipo donde los buenos tienden a ser siempre titulares y los malos, siempre suplentes. Y, sin embargo, "los niños a los que más les cuesta son precisamente los que más se pueden beneficiar de practicar deporte", recuerda Marisa Cabrera. "El peor favor que se les puede hacer es desmotivarlos dejándolos siempre en el banquillo y haciéndoles pensar que son peores que los demás".
También los entrenadores son responsables de que niños y adolescentes hagan los estiramientos y el calentamiento adecua-dos para reducir el riesgo de lesiones. "No todos los niños lo necesitan", admite Rossend Ullot, de Sant Joan de Déu. "Hay niños que, por el tipo de músculo que tienen, son poco proclives a lesionarse aunque no hagan calentamiento ni estiramientos. Pero, como en un equipo todos tienen que entrenarse más o menos igual, es conveniente que todos lo hagan".
En caso de lesión, padres y entrenadores deben cuidar de que el niño no vuelva a competir hasta que esté recuperado. "Las lesiones en edades de crecimiento pueden ser más graves que en adultos porque tienen más riesgo de provocar malformaciones", recuerda Rafael González Adrio, traumatólogo especialista en lesiones de rodilla y cadera y director de Adrio Clinic en el centro médico Teknon.
Pese a este riesgo, "lo primero que nos preguntan a veces los padres cuando su hijo se lesiona es cuándo podrá volver a jugar", explica Rossend Ullot. "Tenemos que explicarles que los tratamientos que reciben los deportistas de élite para acortar los tiempos
de recuperación no son los más adecuados para sus hijos, donde intentamos que la articulación o el hueso queden como si nunca hubieran estado dañados. Pero a los padres a veces les cuesta aceptarlo".
"En caso de lesión, hay que saber parar", destaca también Vicente Molina, de Dexeus. Y no sólo en casos de lesiones graves como fracturas óseas o roturas de ligamentos, sino también de lesiones menores como esguinces de ligamentos o dolores musculares. Ocurre a menudo que sean los propios niños y adolescentes los que quieran volver a competir en cuanto la lesión deja de molestarles. "Es importante, aunque no sea fácil, que padres y entrenadores sepan transmitirles que, aunque ya no tengan molestias, eso no significa que la lesión esté curada", añade Molina.
No haber prestado atención a problemas aparentemente menores, y haber practicado demasiado deporte con demasiada intensidad en la adolescencia, "es la causa de mucha patología que vemos en adultos", advierte Rafael González Adrio. Por ejemplo, "cada vez estamos viendo más casos de artrosis de cadera en adultos jóvenes, a partir de los 30 años, debidos a traumatismos repetidos por la práctica de una actividad deportiva intensa como fútbol, tenis o artes marciales".
Vicente Molina, presidente de los pediatras de Catalunya, insiste en "no perder de vista que el objetivo es que niños y niñas aprendan a disfrutar de la actividad física. Si se lesionan o se queman, no estamos ayudándolos a disfrutarla".
Las lesiones de rodilla "no son un caso aislado", advierte Ullot. "Estamos observando un aumento de distintos tipos de lesiones deportivas que antes eran excepcionales y ahora se ven con más frecuencia en niños y sobre todo en adolescentes". No hay ningún estudio que ofrezca una visión de conjunto de la situación. Pero la percepción de que las lesiones derivadas de la práctica del deporte están en aumento es compartida por todos los pediatras y traumatólogos consultados por La Vanguardia para este reportaje.
No se trata de un fenómeno exclusivo de Catalunya: un estudio del hospital de niños de Filadelfia (EE.UU.) presentado en el último congreso de la Academia Americana de Pediatría ha detectado que tanto las lesiones de ligamento cruzado anterior como las de menisco han aumentado a un ritmo superior al 11% al año entre 1999 y 2011.
Varios factores parecen contribuir a este aumento de lesiones a edades precoces. Por un lado, hay más niños y adolescentes que practican deporte, sobre todo como actividad extraescolar. Cada vez hay más que lo practican de manera competitiva con una dedicación y un nivel de exigencia no siempre acordes con su edad. No siempre realizan los ejercicios de calentamiento y de estiramiento adecuados para reducir el riesgo de lesiones. Y, cuando se lesionan, es frecuente que vuelvan a competir antes de estar totalmente recuperados.
Aun así, "hay que recordar que los beneficios de practicar actividad física son muy superiores a los riesgos", destaca Vicente Molina, presidente de la Societat Catalana de Pediatria y jefe del servicio de pediatría de USP Institut Universitari Dexeus. "No hay que abstenerse de practicar actividad física por el temor a sufrir lesiones; lo que hay que hacer es practicarla bien y recordar que lo importante no es competir para ganar, sino que niños y niñas estén sanos y disfruten".
Los especialistas coinciden en destacar la influencia -cuando no la responsabilidad- que tienen padres y entrenadores en las lesiones infantiles. Hay, por supuesto, lesiones fortuitas en que todo el mundo actúa correctamente y sin embargo el niño se hace daño. Pero "a menudo nos encontramos con casos en que los padres, más que las madres, desean que sus hijos sean aquello que ellos hubieran querido ser", observa Marisa Cabrera, traumatóloga infantil de Sant Joan de Déu y del Institut Dexeus. "Algunos padres proyectan en el niño sus frustraciones y los presionan para que compitan".
Una crítica similar se extiende a algunos entrenadores que intentan preparar a los niños para que ganen, más que para que disfruten de la actividad física. Esto puede ser especialmente flagrante en deportes de equipo donde los buenos tienden a ser siempre titulares y los malos, siempre suplentes. Y, sin embargo, "los niños a los que más les cuesta son precisamente los que más se pueden beneficiar de practicar deporte", recuerda Marisa Cabrera. "El peor favor que se les puede hacer es desmotivarlos dejándolos siempre en el banquillo y haciéndoles pensar que son peores que los demás".
También los entrenadores son responsables de que niños y adolescentes hagan los estiramientos y el calentamiento adecua-dos para reducir el riesgo de lesiones. "No todos los niños lo necesitan", admite Rossend Ullot, de Sant Joan de Déu. "Hay niños que, por el tipo de músculo que tienen, son poco proclives a lesionarse aunque no hagan calentamiento ni estiramientos. Pero, como en un equipo todos tienen que entrenarse más o menos igual, es conveniente que todos lo hagan".
En caso de lesión, padres y entrenadores deben cuidar de que el niño no vuelva a competir hasta que esté recuperado. "Las lesiones en edades de crecimiento pueden ser más graves que en adultos porque tienen más riesgo de provocar malformaciones", recuerda Rafael González Adrio, traumatólogo especialista en lesiones de rodilla y cadera y director de Adrio Clinic en el centro médico Teknon.
Pese a este riesgo, "lo primero que nos preguntan a veces los padres cuando su hijo se lesiona es cuándo podrá volver a jugar", explica Rossend Ullot. "Tenemos que explicarles que los tratamientos que reciben los deportistas de élite para acortar los tiempos
de recuperación no son los más adecuados para sus hijos, donde intentamos que la articulación o el hueso queden como si nunca hubieran estado dañados. Pero a los padres a veces les cuesta aceptarlo".
"En caso de lesión, hay que saber parar", destaca también Vicente Molina, de Dexeus. Y no sólo en casos de lesiones graves como fracturas óseas o roturas de ligamentos, sino también de lesiones menores como esguinces de ligamentos o dolores musculares. Ocurre a menudo que sean los propios niños y adolescentes los que quieran volver a competir en cuanto la lesión deja de molestarles. "Es importante, aunque no sea fácil, que padres y entrenadores sepan transmitirles que, aunque ya no tengan molestias, eso no significa que la lesión esté curada", añade Molina.
No haber prestado atención a problemas aparentemente menores, y haber practicado demasiado deporte con demasiada intensidad en la adolescencia, "es la causa de mucha patología que vemos en adultos", advierte Rafael González Adrio. Por ejemplo, "cada vez estamos viendo más casos de artrosis de cadera en adultos jóvenes, a partir de los 30 años, debidos a traumatismos repetidos por la práctica de una actividad deportiva intensa como fútbol, tenis o artes marciales".
Vicente Molina, presidente de los pediatras de Catalunya, insiste en "no perder de vista que el objetivo es que niños y niñas aprendan a disfrutar de la actividad física. Si se lesionan o se queman, no estamos ayudándolos a disfrutarla".
RIESGOS CLÁSICOS Y CONSEJOS BÁSICOS
FÚTBOL: El que más lesiones causaEs, con diferencia, el deporte que más lesiones causa en Catalunya. No sólo porque es el que más se practica; también porque es un deporte de contacto, con cambios de ritmo y de dirección bruscos y frecuentes, exigente para las rodillas y en el que no son infrecuentes las lesiones fortuitas.
BALONCESTO: Articulaciones vulnerables
El deporte que más lesiones traumáticas causa después del fútbol, según un estudio del servicio de urgencias de Sant Joan de Déu. Las causas son parecidas: alto número de practicantes, deporte de contacto, exigente para las articulaciones de rodillas y tobillos.
ATLETISMO: Cuidar las lesiones menores
No suele causar lesiones graves. Sin embargo, practicado con excesiva intensidad para el nivel de desarrollo de un niño o adolescente, puede causar lesiones musculares, así como molestias en las articulaciones -sobre todo en rodillas y cadera-. Para evitar recaídas y que las lesiones vayan a más, conviene respetar el tiempo de recuperación antes de reanudar la actividad.
ESQUÍ Y SNOWBOARD: A la nieve, con protección
Los deportes de nieve se encuentran entre los que tienen un riesgo más alto de lesiones de ligamentos y óseas. También conllevan un riesgo bajo de traumatismos craneales que pueden llegar a ser muy graves. Los médicos recomiendan practicarlos con material adecuado, con casco y, en el caso del snowboard, con protectores de muñeca.
TENIS: Ejercicio asimétrico
La práctica del tenis y otros deportes de raquetas como actividad lúdica no suele causar lesiones. Pero al tratarse de un ejercicio asimétrico, en que la mitad derecha e izquierda del cuerpo no se ejercitan igual, conviene vigilar que no cause desviaciones de la columna u otros problemas si se practica de manera intensa en edades de crecimiento.
GIMNASIA Y SINCRONIZADA: La espalda tiene un límite
Son raras las lesiones en niñas que practican gimnasia o natación sincronizada como actividad extraescolar. Pero hay el riesgo de daños en la espalda -incluidos desplazamientos de vértebras- cuando se practican con excesiva intensidad.
WII: No abusar de la consola
Los videojuegos que invitan a practicar ejercicio no han demostrado tener efectos beneficiosos para la salud equiparables a otros tipos de actividad física. Sin embargo, algo que sí tienen en común es el riesgo de lesiones, desde tendinitis por movimientos repetitivos con los mandos hasta lesiones inflamatorias por movimientos bruscos y repetitivos -por ejemplo, en codos y hombros cuando se simula un juego de tenis-.
El deporte que más lesiones traumáticas causa después del fútbol, según un estudio del servicio de urgencias de Sant Joan de Déu. Las causas son parecidas: alto número de practicantes, deporte de contacto, exigente para las articulaciones de rodillas y tobillos.
ATLETISMO: Cuidar las lesiones menores
No suele causar lesiones graves. Sin embargo, practicado con excesiva intensidad para el nivel de desarrollo de un niño o adolescente, puede causar lesiones musculares, así como molestias en las articulaciones -sobre todo en rodillas y cadera-. Para evitar recaídas y que las lesiones vayan a más, conviene respetar el tiempo de recuperación antes de reanudar la actividad.
ESQUÍ Y SNOWBOARD: A la nieve, con protección
Los deportes de nieve se encuentran entre los que tienen un riesgo más alto de lesiones de ligamentos y óseas. También conllevan un riesgo bajo de traumatismos craneales que pueden llegar a ser muy graves. Los médicos recomiendan practicarlos con material adecuado, con casco y, en el caso del snowboard, con protectores de muñeca.
TENIS: Ejercicio asimétrico
La práctica del tenis y otros deportes de raquetas como actividad lúdica no suele causar lesiones. Pero al tratarse de un ejercicio asimétrico, en que la mitad derecha e izquierda del cuerpo no se ejercitan igual, conviene vigilar que no cause desviaciones de la columna u otros problemas si se practica de manera intensa en edades de crecimiento.
GIMNASIA Y SINCRONIZADA: La espalda tiene un límite
Son raras las lesiones en niñas que practican gimnasia o natación sincronizada como actividad extraescolar. Pero hay el riesgo de daños en la espalda -incluidos desplazamientos de vértebras- cuando se practican con excesiva intensidad.
WII: No abusar de la consola
Los videojuegos que invitan a practicar ejercicio no han demostrado tener efectos beneficiosos para la salud equiparables a otros tipos de actividad física. Sin embargo, algo que sí tienen en común es el riesgo de lesiones, desde tendinitis por movimientos repetitivos con los mandos hasta lesiones inflamatorias por movimientos bruscos y repetitivos -por ejemplo, en codos y hombros cuando se simula un juego de tenis-.
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